"Este proyecto fue como tirar una piedra al agua y ver las ondas expansivas: se ve cómo de algo muy concreto pueden seguir dándose resultados que por completo trascienden el NSP Café y la NAMA misma."
Tirar una pierda al agua y ver las ondas expansivas
La vinculación de Xiomara González desde junio de 2018 en el proyecto NSP Café se dio de forma orgánica por su quehacer con cambio climático y café dentro del Ministerio de Agricultura y Ganadería.
Agro y ambiente: una alianza que no es casual
Para González, articular a la institucionalidad rectora de los sectores involucrados en la NAMA-café, si bien fue un reto como cualquier iniciativa intersectorial, tuvo la ventaja de que en Costa Rica se viene trabajando desde la década de los 70 en un enfoque agroambiental. Más adelante el país desarrollaría el sistema de pagos por servicios ambientales (PSA), muchos de los cuales ocurren en fincas o zonas colindantes.
En el contexto de cambio climático, la NAMA Café ha venido a sumar a un proceso en que cada vez queda más claro que, aparte de las zonas de protección absoluta, el país necesita también de la participación de las áreas productivas en los esfuerzos de conservación, mitigación y adaptación al cambio climático. Una manera efectiva de lograrlo es optimizando las prácticas agropecuarias de modo que sean instrumentales en los esfuerzos típicamente ligados a medio ambiente.
Articulación técnica fortalecida para la caficultura sostenible
Para González, un resultado colateral del proyecto fue lograr articular de forma más efectiva al MAG y al ICAFE, lo que ha facilitado trascender la NAMA Café para generar otras iniciativas.
Describe como gratificante ver que los grupos técnicos de cada región que implementaron el componente de gestión del conocimiento se vincularon y mejoraron la articulación de forma tan significativa. Para ella es titánico el trabajo de las personas técnicas en campo que ponen la excelencia técnica y el logro de los objetivos por encima de su sombrero institucional y cree importante visibilizar y dar a conocer ese aspecto como un resultado positivo más. Esto la ha llevado a confiar en que este trabajo conjunto producirá resultados concretos en futuras iniciativas de caficultura sostenible.
—Este proyecto fue como tirar una piedra al agua y ver las ondas expansivas: se ve cómo de algo muy concreto pueden seguir dándose resultados que por completo trascienden el NSP Café y la NAMA misma.
¿Es difícil lograr un involucramiento activo del sector productor?
Para González, es un tema de abordaje. Presentársele al sector con una actitud de culpabilización, de endilgarle todos los males de la crisis medioambiental obviamente no generará la mejor respuesta. Es necesario primero medir y tener claridad de la responsabilidad real del sector en la cuota de emisiones y otros impactos y entonces sí, comenzar a plantear iniciativas.
Pero, y esto es fundamental, toda iniciativa debe ir de la mano de proveer para el sector respuestas a los aspectos de productividad. Una persona productora no vive de la conservación, y González sostiene que esa es una sensibilidad que debe generarse y desarrollarse desde la “acera” medioambiental.
Por ello las acciones de mitigación no pueden ir solas, sino que deben acompañarse con las de adaptación y trabajar junto con el sector productor para generar alternativas para una mejor resiliencia y garantizar su productividad y rentabilidad en condiciones climáticas que ya sabemos serán adversas.
Del café y otros subsectores
La experiencia ganada por la institucionalidad en el NSP Café ha sido clave para plantear de forma más efectiva los proyectos venideros para otros subsectores.
Por ejemplo, en la NAMA Ganadería no solamente se trabajó la NAMA como tal, sino que se vinculó como parte de una estrategia más amplia que es la ‘Estrategia para la ganadería baja en carbono en Costa Rica 2015-2034’, declarada de interés público.
Finanzas y academia: sectores infaltables en las NAMAs venideras
Estos tres sectores son, a juicio de González, los que deben llamarse a la mesa -en condición de grupos ad-hoc- a la hora de plantear otras NAMAs.
Finanzas: muchos de los cambios que deben implementar las personas productoras requieren de mejoras tecnológicas que no se pueden lograr sin financiamiento. El sector financiero debe ser llamado a estos procesos para que pueda escuchar las necesidades de cada subsector y proponer soluciones financieras que pueden crearse para posibilitar estos cambios.
Academia: su rol es clave en el área de investigación y transferencia del conocimiento para proveer de innovación a los sectores productores y posibilitar su alineación -en tecnologías y buenas prácticas- a las metas ambientales.