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Reinhold Muschler

Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza

"Yo creo que ahora que finaliza el proyecto hay muchos más ingredientes para afinar la continuidad en este camino hacia una caficultura verdaderamente sostenible."

¿Cuántos empleados tienen? 
El Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) en total son como 500 empleados, en 13 países miembros, donde se están implementando proyectos, y hay unos 180, 200 de estos 500 que están en la sede central en Turrialba. 

¿Hay un enlace paraa el NAMA Café? ¿Cuántas personas?
La persona que funciona como enlace soy yo, he colaborado con diferentes programas del CATIE, desde hace más de 20 años en agroforestería, y mucho de esto sobre el tema de diseño de cafetales agroforestales. Además. tenemos un equipo de colegas que trabajan en temas relevantes para el NAMA Café, que es un grupo de 5 o 6 personas que pueden contribuir su experiencia, ya sea sobre flujos de gases, el secuestro de carbono, diversificación de los sistemas, manejo de árboles, de sombra y hasta aspectos económicos.

¿Cuál es su interés en participar en el NAMA Café?
Compartir información técnica, científica, que el CATIE como universidad internacional tiene, desde muchos diferentes países, y de muchos proyectos que se han implementado. Esto incluye un proyecto de la “Cooperación Alemana”. La motivación es de compartir información acumulada en el CATIE como centro de excelencia en agroforestería.

¿Qué entiende por cambio climático? 
Una tendencia más frecuente hacia extremos en las condiciones del tiempo, sequías cada vez más agudas, inundaciones, eventos de lluvia más extremos, que se están notando, y es una realidad que estamos perdiendo las capas polares, glaciares, etc., como fuentes de agua.

¿Usted cree que sus acciones afectan el clima?
Claro. Bueno, empezando a nivel personal, trato de no usar mi vehículo y utilizar transporte para eliminar o reducir mi huella de carbono personal. La siembra de árboles, el fomento de reforestación y  agroforestería en todos los ámbitos donde sea posible, nos permite tener plantas con raíces perennes en el suelo, que contribuyen a la conservación del suelo, de agua, de biodiversidad, y la acumulación de carbono que ayuda directamente a la mitigación del cambio climático. La diversificación de cultivos, que es eje central de nuestro trabajo, también aplica a café, fomenta la recuperación de muchos caficultores, al reducir su dependencia del café como fuente única de ingreso, y al mismo tiempo aumenta la sostenibilidad ecológica.

¿Qué fuentes de gases de efecto invernadero conoce usted del sector café?
Las dos fuentes principales son cambios en la capacidad de retener carbono en el sistema, cuando un cafetal agroforestal se deforesta para intensificarlo en forma de monocultivo se liberan grandes cantidades de carbono y la otra fuente, muy pronunciada en Costa Rica, es el óxido nitroso, derivado de la fertilización, con 300, 350 kilos de nitrógeno por hectárea por año. Es una cantidad muy elevada. Comparado con la extracción de nitrógeno por parte del café, muchas veces es 3, 4, 5 veces más alta.

¿Conoce la expresión huella de carbono?
La cantidad de carbono liberada por una cierta actividad productiva o de transformación.

¿Conoce a alguien que está afectado por el cambio climático?
Bueno, tenemos a cientos de productores, específicamente puedo mencionar algunas fincas cerca de Turrialba que ya han tenido que abandonar la producción de café, por la expansión de la roya. La mayor incidencia de la broca como insecto dañino, el cual ha aumentado su agresividad conforme las temperaturas el incremento en las temperaturas durante los últimos 10 o 15 años. El aumento de la temperatura, aunque no se nota de una manera extrema, se ha manifestado por un mayor agotamiento o “estresamiento”, de los cafetales, y hay muchos productores que han perdido ya el ingreso de sus fincas. Aunado a esto, se agrega también la crisis de precios de café, que en general sigue bajo y no hay mucha esperanza que este precio, a mediano o largo plazo, vaya a mejorar.

¿Su trabajo es vulnerable al cambio climático?
De cierta forma, sí. Yo trabajo en agroecología y agrobiodiversidad, particularmente en la formación de técnicos, estudiantes y productores, y cuando hay eventos extremos de sequía cada vez más graves, o de inundaciones, el trabajo mío con este grupo meta está directamente afectado, porque los productores ya no pueden seguir produciendo hortalizas, después de 3 meses de sequía, o siguen teniendo inundaciones, que causan daños físicos, plagas y enfermedades de los cultivos.

¿Piensa usted que es necesario hacer alguna acción preventiva ahora? ¿Cuáles?
Bueno, preventiva yo la vería como sinónimo con adaptativa. Cada sistema agrícola debería tratar de aumentar su resistencia y resiliencia al cambio cli-mático al hacer ciertos ajustes en su estructura, en la composición de cultivos y en el sistema de producción. Para mí, la clave para reducir la vulnerabilidad del cambio climático, es una mayor diversificación, porque estanos genera no solamente una gama más amplia de productos vendibles, sino también servicios ambientales, que son cada vez más críticos, como la conservación de suelos, aguas y biodiversidad.

¿Conoce la estrategia de carbono neutralidad del gobierno Costarricense en relación con el cambio climático? ¿Qué piensa de este? 
Es una iniciativa muy importante para establecer un modelo que otros países deberían tratar de imitar. Si en el caso de Costa Rica se va a lograr completamente o no, es de importancia secundaria, porque para mí es una señal importante para reorientar las actividades humanas hacia una economía que no debería causar cambio climático.

¿Qué prácticas conoce de mitigación y adaptación con respecto al cambio climático en el sector café de Costa Rica?
Bueno, las prácticas incluyen primero, todas las acciones que permiten reducir el uso de fertilizantes sintéticos, sobre todo nitrogenados, pero también plaguicidas, insecticidas, fungicidas o herbicidas, pues todos tienen una huella de carbono bastante elevada, desde su producción, transporte hasta su aplicación, y su persistencia a largo plazo en el ambiente. La segunda manera de adaptación y mitigación, ya mencioné, es la diversificación del cafetal, la siembra de diferentes cultivos, la reincorporación de muchos árboles frutales, árboles maderables, arboles de servicio, que provean el servicio ambiental de filtrar carbono atmosférico biológicamente y secuestrar carbono atmosférico en la biomasa de estos árboles. Al final, el aumento de carbono en los ecosistemas agroforestales con café, contribuye directamente a reducir la vulnerabilidad y a aumentar las opciones ingreso y por ende la sostenibilidad a largo plazo. La nueva edición (2016) del "Tropical Forestry Handbook", referencia mundial sobre el manejo sostenible de ecosistemas con árboles, incluye un capítulo, escrito por mi persona, sobre los aportes esenciales de  agroforestería para la producción sostenible y la conservación de los recursos naturales. Los aportes de sistemas agroforestales son esenciales para combatir el cambio climático.

¿Cómo contribuye su organización a proteger el medio ambiente y el clima?
EL CATIE, como organización, ya tiene varios años de historia de ser receptor de la Bandera Azul Ecológica en Costa Rica, un programa que reconoce esfuerzos de conservación ambiental, reducción de la huella de carbono, eficiencia energética, etc. Por ejemplo, en la lechería del CATIE hay un módulo de calentamiento de energía solar, que permite reducir el uso de otras fuentes de energía para calentar el agua de la lechería. En agroforestería, las plantaciones del CATIE en 1000 hectáreas en total, que es la superficie de la institución, contribuyen al secuestro de carbono. Hay plantaciones forestales, y plantaciones agroforestales. A través de los proyectos en toda América Latina y el Caribe, donde el CATIE opera, se genera un impacto muy marcado a través de iniciativas como el programa Mesoamericano Agro Ambiental, MAP, se puede de encontrar en la página de internet del CATIE información de este programa, que está apoyado por los países nórdicos, y que fomenta el desarrollo de sistema agroecológicos en todas Centroamérica.
Después hay un proyecto grande del CATIE en El Salvador, financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), sobre cambio climático en Centroamérica, y tenemos un grupo especializado en el CATIE que se dedica al modelaje y predicciones de cambio climático, como insumos para proponer propuestas concretas para mejorar los sistemas agrícolas, aumentando su resiliencia al cambio climático.
Este año, el CATIE está celebrando 4 años de cooperación entre Alemania y el CATIE, durante las cuales, los apoyos alemanes a través de proyectos por la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH, DMZ, el Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD), el programa TIM, han sido centrales en agroforestería, y en la conservación de recursos filogenéticos. Entre estos había un proyecto de 23 años de  agroforestería, de 1980 a 2003, había un proyecto de la GIZ sobre bio-plagicidas, y había varios proyectos dedicados a la conservación de semillas de plantas útiles de importancia económica en las Américas. Tenemos una cámara de semillas, a 18 grados bajo 0, que almacena semillas de toda América Latina, y que va a jugar un rol cada vez más importante para la diversificación futura y la reintroducción de cultivos a sus países de origen, donde en muchos casos ya se han perdido. Entonces el CATIE reconocer de manera especial este aporte estratégico alemán, y a través de su cooperación con el NAMA Café, quiere seguir poniendo su capacidad técnica a la disposición de iniciativas ambientales.

Ahora hay muchos más ingredientes para continuar el camino hacia una caficultura sostenible

Geo-ecólogo y agroforestal, formado en la Universidades de Bayreuth en Alemania y la Universidad de Florida en los EE. UU., el Dr. Reinhold Muschler trabaja como profesor de agroforestería, agroecología, producción orgánica y diversificación de sistemas en el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), Costa Rica. 

El Prof. Muschler brindó apoyo técnico al NSP Café en forma de varias sesiones de capacitación tanto a personal técnico y extensionista como a personas productoras en finca. Entre los objetivos principales estaba el fomento de una mayor consciencia sobre la importancia fundamental de la diversificación productiva y funcional mediante el manejo de árboles apropiados en las fincas cafetaleras para generar beneficios ecológicos y económicos. Además, Muschler contribuyó con insumos para el desarrollo del sistema de medición, reporte y verificación (MRV) para documentar la reducción de las emisiones.

Los árboles y sus múltiples roles

Las capacitaciones enfatizaron el impacto positivo de la presencia de árboles tanto en la mitigación como la adaptación al cambio climático, así como la importancia de la diversificación de cafetales para fines productivos y de conservación ambiental.

Para Muschler, parte de los esfuerzos que como país deben hacerse ahora consisten en revertir una tendencia iniciada en la década de los 80 en que la caficultura del país se decantó por una fórmula que favorecía poca o ninguna sombra con un intenso paquete de agroquímicos. Esta visión, enfocada en maximizar la producción en el corto plazo, también fue la norma en otros países como Colombia y Brasil y llevó a un alto costo ambiental en forma de la degradación de suelos, aguas y biodiversidad que se pagaría en el largo plazo por los ecosistemas y las generaciones futuras.

Muschler considera que, en general, los caficultores muestran una mayor inclinación a valorar de forma positiva la presencia o la introducción de árboles en sus fincas. Podría ser que, por su relación estrecha y diaria con la naturaleza, estas personas son capaces de percibir más fácilmente los beneficios que aportan los árboles, tanto para los cafetos como para complementar los ingresos de sus familias en el caso de árboles frutales o maderables.

A sabiendas de las condiciones climáticas adversas que deberán enfrentar los cafetales en el futuro por temperaturas más altas, lluvias y vientos más fuertes, así como sequías más pronunciadas, la presencia de árboles con atributos adecuados y bien manejados puede aumentar la resiliencia de los cafetales significativamente, explica Muschler.

Aunque los beneficios de asociar árboles con café tienden a ser mayores en zonas sub-óptimas, a mediano y largo plazo será indispensable incluir un mayor número de árboles y diversificar las especies en todas las zonas cafetaleras. De ese modo se generarán los servicios ambientales de los cuales depende la salud, no solamente de los cafetales, sino también de la humanidad.

Apuntes para el avance

Para el futuro es clave enfatizar el trabajo con personas motivadas y anuentes a los cambios necesarios para poder demostrar beneficios concretos y así convencer incluso a las personas más escépticas.

Haber llegado con el apoyo del NSP Café a 8.289 personas en fincas y a 590 extensionistas es un logro indiscutible, pero Muschler cree que este logro debe verse apenas como un primer paso en el camino hacia una transformación sistemática de todo el sector cafetalero. Este camino deberá necesariamente incluir el desarrollo de una estrategia de motivación continua que genere beneficios tangibles para toda la cadena de valor del café. En esta, señala, el mercadeo representará un reto importante hasta tanto no se establezcan premios sustanciales para un café producido bajo en emisiones.

Muschler no duda en afirmar que el NSP Café ha permitido establecer una base sólida para la transformación de todo el sector cafetalero, pero será de suma importancia concatenar proyectos complementarios que construyan sobre los avances logrados y que se refuercen mutuamente. Si el NSP Café logró que el 84% de los caficultores participantes implementasen al menos dos buenas prácticas agrícolas, Muschler considera que, con el apoyo de otros proyectos que apoyan este proceso de manera sistemática, se puede lograr la meta ambiciosa de transformar todo el sector cafetalero hacia una producción que, al tiempo que es rentable, sea también amigable con el medio ambiente y contribuya al logro de las metas de la descarbonización de Costa Rica.

No obstante los retos sustanciales, Muschler es optimista. —Al inicio del proyecto no había mucha consciencia sobre las prioridades por tratar, las dificultades por enfrentar y cómo visualizar una transición. Yo creo que ahora que finaliza el proyecto hay muchos más ingredientes para afinar la continuidad en este camino hacia una caficultura verdaderamente sostenible.