“Todo este esfuerzo va de la mano de lograr un buen precio para el café, y por eso hemos estado muy pendientes de todos los elementos que pueden ayudar a agregar valor al producto. El proyecto NAMA Café es un elemento más que puede venir a fortalecer esa visión.”
Una visión a largo plazo
La Cooperativa de Caficultores de Heredia Libertad R.L. fue fundada por un grupo de pequeños productores en 1961, una época en la cual el negocio del café en Costa Rica estaba controlado por unos poco grandes cafetaleros. Según las palabras de su entonces Vicepresidente, don Luis Omar Chavarría, registradas en las actas de una de las primeras sesiones del recién formado Consejo de Administración de la Cooperativa, “esta empresa ha nacido como una protesta de los pequeños cafetaleros, quienes a su vez vieron en la unión de sus esfuerzos, la oportunidad de ser libres para manejar sus pequeñas empresas”. Cuando a raíz de esta reflexión, don Luis propuso para la Cooperativa el nombre de Coopelibertad, los entonces 267 socios lo aprobaron por unanimidad.
Hoy, casi sesenta años después, Coopelibertad sigue reuniendo a la mayoría de los productores de café de la Provincia de Heredia. Las instalaciones de su beneficio y sus fincas ubicadas a pocos centenares de metros de una zona residencial y comercial altamente urbanizada en la frontera entre las Provincias de Heredia y de San José, recuerdan una época en la cual los cafetales eran un elemento recurrente del paisaje del Valle Central.
Alinear las prácticas con la visión
Cuenta el actual Gerente de la Cooperativa, Guillermo Trejos, que desde el año 2016 Coopelibertad ha estado implementando una nueva estrategia de posicionamiento a nivel internacional, cuyo principal enfoque es alinear la producción de un café de alta calidad con valores de sostenibilidad ambiental.
“En Costa Rica sabemos que tenemos café de muy alta calidad, pero también tenemos costos de producción altos y niveles de productividad bajos, lo cual hace que tengamos que hacer esfuerzos de todo tipo para buscar un mejor precio para el café. Hemos visto que parte de cómo lograr un mejor precio es agregando valor al producto, con elementos de sostenibilidad y calidad.”
Coopelibertad empezó así un proceso progresivo de transformación de sus prácticas tanto productivas como de beneficio. Empezó a implementar una política de calidad en acopio y un proceso de certificación de fincas, lo cual llevó a los productores a aplicar nuevas prácticas agronómicas, como un mejor manejo del suelo, la integración de sombra y de áreas de conservación, la reducción de uso de herbicidas y fertilizantes químicos entre otras. A nivel de beneficio, se realizaron fuertes inversiones en maquinaria para reducir el consumo energético y de agua, y así mejorar la eficiencia de los procesos.
Aprovechar las oportunidades
“Todo este esfuerzo va de la mano de lograr un buen precio para el café, y por eso hemos estado muy pendientes de todos los elementos que pueden ayudar a agregar valor al producto. Entre más elementos agregamos, más posibilidades tenemos de alcanzar un buen precio. El proyecto NAMA Café es un elemento más que puede venir a fortalecer esa visión.”
Coopelibertad visualizó su participación en la NAMA Café como una oportunidad no solamente de agregar valor a su producto en términos de sostenibilidad, sino también de visibilizar todos los esfuerzos realizados en los últimos años en este sentido y de posicionar la cooperativa en los mercados internacionales como una organización comprometida con la sostenibilidad ambiental.
A partir de los resultados de los inventarios de emisiones de GEI elaborados con el apoyo del proyecto NSP, la Cooperativa ha implementado una serie de cambios en el plan de manejo del cultivo y ha participado del programa de árboles en finca con la Fundación Banco Ambiental (FUNBAM). El sistema de incentivos de la NAMA Café permitió a Coopelibertad recuperar parte de las inversiones realizadas para mejorar la eficiencia energética de los procesos de beneficiado.
Los resultados de estas acciones son evidentes y tangibles: ha habido disminución en el consumo de agua, un manejo más eficiente de la carga eléctrica, una disminución de daños mecánicos en el café, un incremento en los porcentajes de producto con calidad de exportación, además de una disminución en las emisiones de GEI.
Trejos afirma que Coopelibertad quiere seguir ampliando sus esfuerzos para consolidar su visión de organización enfocada en términos de calidad y sostenibilidad. Considera que el mayor reto se encuentra en el eslabón de la comercialización:
“Trabajar para el productor significa mejorar su calidad de vida, y solo lo vamos a poder lograr si logramos que nuestros clientes entiendan nuestra filosofía de negocio y nos ayudan a trabajar con compromisos de largo plazo y con precios justos y rentables para todas las partes de la cadena.”