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Daniela Gutiérrez

Beneficio La Montaña Tarrazú

“Poder colocar el café de Costa Rica de calidad que por lo general se va y atraviesa fronteras, que se quede acá y que los ticos podamos consumir y tengamos al alcance café de calidad. Ese es mi sueño."

Quedarse para crecer

Daniela Gutiérrez estudió ingeniería en producción industrial, con la idea de trabajar posteriormente en alguna empresa privada. Sin embargo, después de desarrollar su proyecto de graduación en La Montaña Tarrazú, el microbeneficio de su familia ubicado en la región cafetalera de Los Santos, decidió quedarse y asumir el reto de empezar a encargarse tanto del beneficio como de la comercialización del café, mientras su padre se hace cargo de la finca.

“Me di cuenta que me encantaba lo que estaba haciendo y que había muchos problemas por resolver, entonces me dije: es mejor que me quede aquí. Me gusta, lo disfruto, es algo que va a quedar como legado para mis sobrinos o para mi familia. Por eso, aunque sea muy retador, es muy gratificante. Vi la oportunidad de quedarme en un lugar que quería, que amaba, pero que también me permitía crecer profesionalmente”, cuenta.

La decisión no fue libre de retos. Ser una mujer joven en un mundo tradicionalmente controlado por los hombres significa tener que construir una confianza y una credibilidad que no están simplemente dadas. Gutiérrez recuerda las tantas veces que algún comprador pidió hablar con su padre para poder cerrar una negociación, a pesar de que ella fuera la encargada de ventas de la empresa.

 

Los aires frescos de la juventud

Hace unos pocos años, la historia de Gutiérrez hubiera sido muy peculiar en su tierra de origen. A pesar de que todavía la mayoría de las personas jóvenes de la zona que cursan estudios universitarios terminan asentándose en la ciudad, donde encuentran mayores oportunidades de trabajo, Gutiérrez considera que cada vez son más las que regresan a trabajar en el lugar donde nacieron, muchas veces en el negocio de sus propias familias.

Estas nuevas generaciones traen consigo ideas frescas y ganas de innovar, así como una conciencia ambiental más activa, elementos que según Gutiérrez son de mucha ayuda para transformar y recuperar la rentabilidad de empresas familiares que a veces se encuentran estancadas.

En su caso, la inquietud por desarrollar la actividad cafetalera de forma más rentable pero también más sostenible, hizo que en 2018 La Montaña Tarrazú empezara a medir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), con el acompañamiento técnico del Proyecto de Apoyo a la NAMA Café (NSP Café).

Antes no teníamos ni idea de cómo se hacía. El tema de las emisiones de CO2e y la carbono neutralidad eran temas que se veían como muy complicados, entonces nos daba un poco de miedo, pero decidimos participar en el proyecto NAMA Café para poder conocer como estábamos y como podíamos mejorar.”

Según relata Gutiérrez, las primeras mediciones de emisiones dieron un resultado muy positivo, al indicar que tanto los procesos de producción como de beneficiado eran sostenibles. Sin embargo, el ejercicio proporcionó también información sobre los procesos que se podían mejorar, en particular el consumo de electricidad.

El mecanismo de incentivos del NSP Café permitió recuperar parte de la inversión realizada para la instalación de invernaderos. El uso de invernaderos permite aprovechar más la energía solar en los procesos de secado, reduciendo sustancialmente el consumo de electricidad del beneficio, y evitando que lluvias inesperadas y fuera de temporada, consecuencia del cambio climático, afecten la calidad del café secado al sol.

 

Entender el valor de lo que tenemos

Gutiérrez participó también en la capacitación a gerentes comerciales proporcionada por el NSP Café, en la cual recibió asesoría para mejorar el posicionamiento comercial de su producto. Comenta:

“Estamos acostumbrados a vender nuestro producto de cierta forma porque nos parece algo muy normal lo que hacemos, entonces nos ayudaron a potenciar y dar a entender que lo que tenemos y lo que producimos es un producto diferenciado.”

Participar en la NAMA Café permitió a La Montaña Tarrazú encontrar nuevos clientes y mantener los que están interesados en una producción en armonía con el medio ambiente. Según Gutiérrez, participar en estos proyectos es una forma de mantener alianzas con los compradores y seguir produciendo sosteniblemente.

Comenta Gutiérrez que la gran mayoría del café que se produce en Costa Rica, y especialmente el café de calidad, se exporta. Esto se debe a que en el mercado internacional hay más posibilidad de vender el café de calidad a un precio más justo. El sueño de Gutiérrez es poder revertir esta tendencia y fortalecer el posicionamiento de su marca de café a nivel nacional.

“Poder colocar el café de Costa Rica de calidad que por lo general se va y atraviesa fronteras, que se quede acá y que los ticos podamos consumir y tengamos al alcance café de calidad. Ese es mi sueño”.