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Carlos Luis Vásquez

Coopepilangosta R.L.

"¿Cómo hago para convencer a una persona joven de que se quede en café si no tengo cómo prometerle que es una actividad rentable? ¿Cómo hago para decirle a un productor que produzca de forma sostenible si nadie se lo va a reconocer? El mercado es la clave."

Resolviendo el mercado, resolvemos lo demás

Coopepilangosta es una cooperativa cafetalera fundada hace 58 años por 23 productores de la zona de Hojancha, Guanacaste, que buscaban darse una solución a los numerosos problemas de acopio y transporte de la producción cafetalera que enfrentaban por aquella época.

Su gerente general, Carlos Luis Vásquez, es presto en explicar el origen de tan curioso nombre y, divertido, aclara que no tiene que ver con langostas ni nada parecido y más bien, con una “pila angosta” (una formación rocosa) ubicada en la cabecera del río Nosara y que era muy popular entre los pobladores de la zona que acudían en verano a bañarse. Con el tiempo la comunidad recibió el nombre de Pila Angosta que no tardó en convertirse en Pilangosta.

Una organización en constante crecimiento y diversificación

El crecimiento y diversificación de la cooperativa es evidente. De 23 asociados originales pasaron a 184, y de ofrecer servicio de acopio, apilamiento, y transporte de café, a contar con su propio almacén de suministros, servicentro, beneficio, y un producto terminado bajo la marca Café Diriá. Además, se ha diversificado hacia otros productos como cítricos y productos locales.

A nivel de beneficiado, el NSP Café apoyó a Coopepilangosta en mejorar sus procesos, particularmente el manejo de la pulpa y las aguas residuales que son los que aportan la cuota más alta de emisiones y cuya reducción Vásquez estima entre un 20 y un 30 por ciento como consecuencia de la optimización de los procesos. 

En finca las acciones se centraron en los aspectos de arborización, manejo de suelos y el uso racional y adecuado de los fertilizantes para evitar su evaporación y escorrentía. Vásquez explica que ese tipo de prácticas se traducen en una mejor capacidad de la finca para fijar carbono y en una disminución en la necesidad de utilizar fertilizantes, en especial nitrógeno.

Entre más diferenciales, mejor

Al hacer una valoración del proyecto, Vásquez lo califica como muy positivo, con objetivos muy buenos que les han ayudado a reforzar el diferencial ambiental como parte de la propuesta de valor del café de Coopepilangosta.

En un mercado cada vez más competitivo y diferenciado, contar con la mayor cantidad de diferenciales es crucial. Otros diferenciales ya los tenían resueltos, como la calidad de taza y el aspecto social que Vargas considera que puede considerarse como un ‘diferencial país’ por las garantías sociales que rigen toda actividad económica. Menciona un cuarto diferencial que no tiene competencia: provenir de la única zona azul del mundo que produce café.

Además de la reducción de emisiones en beneficio y en finca, Vásquez enumera otros resultados concretos del proyecto: el desarrollo de capacidades, la sensibilización entre las personas asociadas a la cooperativa y el “ruido” que se ha comenzado a generar en el mundo del café acerca de la carbono-neutralidad como un aspecto importante más a considerar y valorar en el café.

Lo que Vásquez lamenta es no haber podido ver reflejado aún el retorno de inversión. Implementar las buenas prácticas requiere de disciplina y algunas son más costosas que las convencionales, al menos en el corto plazo. Si bien a largo plazo limpiar un cafetal con herbicidas generará efectos perjudiciales para la plantación, las personas y los ecosistemas circundantes, no puede obviarse que es más eficiente y costo efectivo en el momento. Ante esta realidad se vuelve entonces crítico trabajar fuertemente una visión de largo plazo y eso es difícil porque esos efectos, los diferidos en el tiempo, son abstractos y hay que imaginarlos mientras que los inmediatos son tangibles y se viven en el momento.

¡Comercialización!

Sin dudarlo, Vásquez afirma que ese es el apoyo que pediría si pudiese presentar una lista de deseos para futuros proyectos. Comunicar y mercadear este café con valor agregado es el reto más grande que ve en su horizonte. Se encuentra en la búsqueda de compradores que valoren estos esfuerzos, pero no solo moralmente, sino a través de pagar precios diferenciados. No encontrarlos significará el paulatino abandono de las buenas prácticas desarrolladas con el apoyo del NSP Café, o incluso de la actividad cafetalera, porque la sostenibilidad también requiere de rentabilidad.

Es evidente su tristeza al admitir que, por la forma en que funcionan las cosas en la actualidad, ni siquiera tiene sentido para Coopepilangosta separar el café que sigue prácticas NAMA y aplicarle un proceso diferenciado del café convencional, porque el costo adicional que implica procesar en micro-lotes no está siendo pagado por nadie.

Vásquez sueña con ver a las personas asociadas a la cooperativa convertidas en empresarias dedicadas al cien por ciento a la actividad cafetalera porque es lucrativa, porque permite surgir más que solo subsistir.

Mi formación es en comercio exterior. Quizás por eso es que pongo tanto énfasis en la parte comercial. Y no es que no considere que todo lo demás no es importante. ¡Lo es! Pero sí creo que debemos replantearnos el orden en que resolvemos las cosas. Si no tenés una punta de lanza que te defina hacia atrás todas las condiciones que deben darse, es difícil. ¿Cómo hago para convencer a una persona joven de que se quede en café si no tengo cómo prometerle que es una actividad rentable? ¿Cómo hago para decirle a un productor que produzca de forma sostenible si nadie se lo va a reconocer? El mercado es la clave.